viernes, 11 de septiembre de 2015

LA ORDENANZA NO. 02-2008



Esta ordenanza establece todos los reglamentos y artículos correspondientes a las juntas descentralizadas a nivel Regional, Distrital y Local ya sean centros, planteles y redes rurales de Gestión Educativa.

En sus primeros párrafos nos menciona que las juntas constituyen órganos que posibilitan el proceso de participación y descentralización del sistema educativo dominicano, y por las experiencias adquiridas ha sido necesario modificar la ordenanza no. 1-2003 de dichas juntas  descentralizadas, por los cambios producidos en la sociedad dominicana junto con el sistema educativo dominicano.

El objetivo principal es velar por que se apliquen todas las políticas educativas originadas del consejo nacional de educación, que deberá ser gradual y progresiva, a fin de que se incorpore la representación directa de las comunidades.

Dentro de las atribuciones principales de la descentralización educativa podemos mencionar; favorecer la creación de las condiciones necesarias para involucrar a los actores en la solución de los problemas educativos a través de las juntas descentralizadas; monitorear la gradualidad en la implementación de la política de descentralización educativa; y auspiciar la coordinación y evaluación de la ejecución de los planes de descentralización en cada nivel involucrado.

Los órganos descentralizados están compuestos por; las Juntas Regional de Educación; las  Juntas Distrital de Educación;  las  Juntas de Plantel Educativo; las Juntas de Centro Educativo; y las Juntas de Red Rural  de Gestión Educativa.
Cada Junta posee una función diferente y además deberá contar con un comité de la calidad de la educación, un comité de gestión y mantenimiento escolar y un comité financiero. Dichos comités deberán ser regidos por funciones que deberán establecerse en el manual de organización.

Las juntas deberán recibir asesoramiento del ministerio de educación para que sea efectivo su cumplimiento. Así deberá estar conformada por representante de diferentes áreas como son; un director regional de educación, de la organización magisterial, un representante estudiantil de los consejos distritales; uno de la asociación de padres, madre y amigos de la escuela; de las instituciones culturales de la región; del sector empresarial; de entidades de ciencia y tecnología; de la iglesia católica; de la iglesia cristiana; de los directores distritales; de los colegios privados; de la liga municipal; un senador o diputado de la provincia correspondiente; un coordinador de la descentralización educativa, entre otros.

LA SUPERVISION ESCOLAR Y EL CAMBIO EDUCATIVO
CARACTERISTICAS GENERALES

El sistema educativo está inmerso en una sociedad que cada vez está más moderna y adelantada, y por ende la educación debe adaptarse a las nuevas realidades donde se les propone nuevas demandas a las que debe responder adecuadamente. La institución escolar no puede estar ajena a los cambios a su alrededor, ni debe de ser algo que quede atrás u obsoleto. Estos cambios son inevitables y necesarios.

En la mayor parte del tiempo el desarrollo profesional promovido en los centros se centra en los conocimientos y las habilidades de los profesores como miembros individuales. Esto no basta, debe de existir un desarrollo organizativo, social y tecnológico, puesto que los recursos tanto tangibles como intangibles son clave de éxito en la mejora de los centros educativo.

LOS SUPERVISORES ANTE EL CAMBIO Y LA MEJORA EN LOS CENTROS

Los supervisores e inspectores juegan un doble  papel de control y de asesoramiento y apoyo a los centros escolares muy importante.  las investigaciones educativas realizadas sobre el papel que desempeñan los supervisores en las innovaciones educativas han constatado que resulta difícil combinar la función de control con la de asesoramiento y que raras veces se adoptan papeles genuinos de asesoramiento sin más bien de defensores o mensajeros de las reformas o innovaciones impulsadas por la administración. Este problema ha dado lugar a que en muchos países, se haya diversificado el ejercicio de la supervisión responsabilizando a profesionales diferentes de las funciones de control y de asesoramiento.


PARADOJA DE LA SUPERVISION

La mayoría de los supervisores e inspectores se ven a ellos mismos como facilitadores del cambio educativo y de la mejora de los centros. Muchas veces los administradores, supervisores e inspectores manejan con frecuencia el imperativo legal del cambio planteándolo como una obligación de los profesores y los centros. Ellos son los que deben renovar sus ideas y sus prácticas profesionales en la mayoría de los casos aplicando los modelos y propuestas que han elaborado los técnicos y que la administración quiere implantar. No resulta difícil deducir que el rol del supervisor coexiste esa tendencia a delegar y desplazar hacia otros el imperativo de cambiar con su contraria, con un afán y una obsesión por regular y ordenar lo que los otros han de hacer para innovar.

Se da la paradoja de que supervisores e inspectores tienen la responsabilidad de fomentar la implantación en los centros de una determinada innovación o reforma con la que no están de acuerdo o que no comprenden porque la propuesta no ha sido suficientemente desarrollada, porque no han tomado parte en su elaboración o porque no han recibido la orientación o formación adecuada.
El cambio y la mejora no son solo responsabilidad de los profesores innovadores sino también de los supervisores e inspectores que le ayudan a facilitar e impulsar su práctica profesional. Las nuevas necesidades de los centros escolares obliga a que los sistema de apoyo externo y los profesionales que los integran, los supervisores, inspectores, colaboradores, asesores, formadores, integren sus funciones a los nuevos cambios e inicien planes de trabajo y practicas novedosas.

El objetivo final de la supervisión escolar es mejorar los procesos de enseñanza aprendizaje y el funcionamiento de los centros educativos.  Implantar una supervisión orientada a la consecución de la mejora supone priorizar el desarrollo de la función de asesoramiento y apoyo a los centros y al profesorado para conseguir crear en los centros escolares unas condiciones organizativas, sociales y culturales que faciliten el desarrollo de propuestas de innovación y cambio.

El propósito es pretender que los centros escolares se vayan convirtiendo en comunidades profesionales de aprendizaje interactivas y responsables. 






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