Esta
ordenanza establece todos los reglamentos y artículos correspondientes a las
juntas descentralizadas a nivel Regional, Distrital y Local ya sean centros,
planteles y redes rurales de Gestión Educativa.
En
sus primeros párrafos nos menciona que las juntas constituyen órganos que
posibilitan el proceso de participación y descentralización del sistema
educativo dominicano, y por las experiencias adquiridas ha sido necesario
modificar la ordenanza no. 1-2003 de dichas juntas descentralizadas, por los cambios producidos
en la sociedad dominicana junto con el sistema educativo dominicano.
El
objetivo principal es velar por que se apliquen todas las políticas educativas
originadas del consejo nacional de educación, que deberá ser gradual y
progresiva, a fin de que se incorpore la representación directa de las
comunidades.
Dentro
de las atribuciones principales de la descentralización educativa podemos
mencionar; favorecer la creación de las condiciones necesarias para involucrar
a los actores en la solución de los problemas educativos a través de las juntas
descentralizadas; monitorear la gradualidad en la implementación de la política
de descentralización educativa; y auspiciar la coordinación y evaluación de la
ejecución de los planes de descentralización en cada nivel involucrado.
Los
órganos descentralizados están compuestos por; las Juntas Regional de
Educación; las Juntas Distrital de
Educación; las Juntas de Plantel Educativo; las Juntas de
Centro Educativo; y las Juntas de Red Rural
de Gestión Educativa.
Cada
Junta posee una función diferente y además deberá contar con un comité de la
calidad de la educación, un comité de gestión y mantenimiento escolar y un
comité financiero. Dichos comités deberán ser regidos por funciones que deberán
establecerse en el manual de organización.
Las
juntas deberán recibir asesoramiento del ministerio de educación para que sea
efectivo su cumplimiento. Así deberá estar conformada por representante de
diferentes áreas como son; un director regional de educación, de la
organización magisterial, un representante estudiantil de los consejos
distritales; uno de la asociación de padres, madre y amigos de la escuela; de
las instituciones culturales de la región; del sector empresarial; de entidades
de ciencia y tecnología; de la iglesia católica; de la iglesia cristiana; de
los directores distritales; de los colegios privados; de la liga municipal; un
senador o diputado de la provincia correspondiente; un coordinador de la
descentralización educativa, entre otros.
LA SUPERVISION ESCOLAR Y EL CAMBIO
EDUCATIVO
CARACTERISTICAS GENERALES
El
sistema educativo está inmerso en una sociedad que cada vez está más moderna y
adelantada, y por ende la educación debe adaptarse a las nuevas realidades
donde se les propone nuevas demandas a las que debe responder adecuadamente. La
institución escolar no puede estar ajena a los cambios a su alrededor, ni debe
de ser algo que quede atrás u obsoleto. Estos cambios son inevitables y
necesarios.
En
la mayor parte del tiempo el desarrollo profesional promovido en los centros se
centra en los conocimientos y las habilidades de los profesores como miembros
individuales. Esto no basta, debe de existir un desarrollo organizativo, social
y tecnológico, puesto que los recursos tanto tangibles como intangibles son
clave de éxito en la mejora de los centros educativo.
LOS SUPERVISORES ANTE EL CAMBIO Y
LA MEJORA EN LOS CENTROS
Los supervisores e
inspectores juegan un doble papel de
control y de asesoramiento y apoyo a los centros escolares muy importante. las investigaciones educativas realizadas
sobre el papel que desempeñan los supervisores en las innovaciones educativas
han constatado que resulta difícil combinar la función de control con la de
asesoramiento y que raras veces se adoptan papeles genuinos de asesoramiento
sin más bien de defensores o mensajeros de las reformas o innovaciones
impulsadas por la administración. Este problema ha dado lugar a que en muchos
países, se haya diversificado el ejercicio de la supervisión responsabilizando
a profesionales diferentes de las funciones de control y de asesoramiento.
PARADOJA
DE LA SUPERVISION
La mayoría de los
supervisores e inspectores se ven a ellos mismos como facilitadores del cambio
educativo y de la mejora de los centros. Muchas veces los administradores,
supervisores e inspectores manejan con frecuencia el imperativo legal del
cambio planteándolo como una obligación de los profesores y los centros. Ellos
son los que deben renovar sus ideas y sus prácticas profesionales en la mayoría
de los casos aplicando los modelos y propuestas que han elaborado los técnicos
y que la administración quiere implantar. No resulta difícil deducir que el rol
del supervisor coexiste esa tendencia a delegar y desplazar hacia otros el
imperativo de cambiar con su contraria, con un afán y una obsesión por regular
y ordenar lo que los otros han de hacer para innovar.
Se da la paradoja de
que supervisores e inspectores tienen la responsabilidad de fomentar la
implantación en los centros de una determinada innovación o reforma con la que
no están de acuerdo o que no comprenden porque la propuesta no ha sido
suficientemente desarrollada, porque no han tomado parte en su elaboración o
porque no han recibido la orientación o formación adecuada.
El cambio y la mejora
no son solo responsabilidad de los profesores innovadores sino también de los
supervisores e inspectores que le ayudan a facilitar e impulsar su práctica
profesional. Las nuevas necesidades de los centros escolares obliga a que los
sistema de apoyo externo y los profesionales que los integran, los
supervisores, inspectores, colaboradores, asesores, formadores, integren sus
funciones a los nuevos cambios e inicien planes de trabajo y practicas
novedosas.
El objetivo final de la
supervisión escolar es mejorar los procesos de enseñanza aprendizaje y el
funcionamiento de los centros educativos.
Implantar una supervisión orientada a la consecución de la mejora supone
priorizar el desarrollo de la función de asesoramiento y apoyo a los centros y
al profesorado para conseguir crear en los centros escolares unas condiciones
organizativas, sociales y culturales que faciliten el desarrollo de propuestas
de innovación y cambio.
El propósito es
pretender que los centros escolares se vayan convirtiendo en comunidades
profesionales de aprendizaje interactivas y responsables.
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